Las organizaciones que fomentan una cultura de prevención son las que logran reducir sus índices de Siniestralidad. El beneficio para el negocio.
Que un trabajador se accidente, por menos grave que sea, es una desgracia que ninguna empresa puede permitirse. En principio, por humanidad y, luego, por los efectos que recaen en la producción y en el resto de los trabajadores. Detrás de un empleado lesionado hay una familia preocupada, un compañero asustado y un empleador responsable. Entonces, coinciden los expertos, la prevención no puede pasar sólo por la exigencia de la ley sino que, fundamentalmente, debe ser parte de la cultura y la política de toda empresa.
Más vale prevenir que curar
El titular de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), Juan González Gaviola, adelanta que, durante los últimos tres años, los accidentes se redujeron un 27% y la mortalidad un 30%. La última estadística difundida por la entidad corresponde a 2009: ese año los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales -excluidos los accidentes in itinere (en tránsito)- alcanzaron 505.825 y el total de trabajadores fallecidos, 830. Los tres sectores con mayor índice de siniestralidad fueron construcción, la agricultura, caza, silvicultura y pesca, y las industrias manufactureras.
"Hoy, hay menos accidentes y menos muertes en términos porcentuales; en el agro, la minería y en todas las actividades en pleno desarrollo. Tenemos más gente trabajando y cada vez menos accidentes laborales", resalta González Gaviola, y destaca que se debe al fortalecimiento del sistema de fiscalización y al trabajo coordinado de todos los actores.
Sin embargo, para Luis Severino, experto en prevención de accidentes laborales de AV Consultores Pymes, aún "la cultura de la prevención en nuestras latitudes no es tan fuerte y es complicado conseguir índices de accidentes, ya que las empresas cuidan y guardan esos datos con mucho celo". Una empresa con cultura de la prevención es, para Severino, aquella que trabaja para que todos sus integrantes piensen nuevos y continuos caminos para prevenir los accidentes, utilizando las estrategias proactivas y predictivas, detectando las amenazas y levantando las barreras para que no se produzcan.
Jorge Lamela, licenciado en Seguridad e Higiene, observa que, por lo general, son las empresas multinacionales las que tiene serios programas de prevención y coincide en que a las pymes aún les falta realizar un giro en su cultura ya que "la mayoría va detrás del accidente. Es decir, no los previenen sino que una vez que ocurren, trabajan para que no se repita".
Si bien algunos artículos de la Ley 24.557 de Riesgo del Trabajo fueron declarados inconstitucionales por la Corte Suprema de Justicia y aún se discute su modificación, ésta establece ciertos criterios de prevención que los empleadores deben cumplir. Algunos de ellos son: proteger a sus trabajadores de los riesgos asociados a sus tareas, contratar una Aseguradora de Riesgos del Trabajo (ART) para cada empleado y proveerlo de los elementos de protección personal y capacitación para su correcto uso. Para Severino, la norma no es lo suficientemente amplia por lo que, por encima de ella, hay más recursos para implementar y que ayudarían a reducir la siniestralidad. "No hay ninguna ley que nos obligue a poner rejas en nuestras casas, pero debido a la inseguridad actual, a muy pocos se les ocurre no utilizarlas", ejemplifica.
A continuación, algunos ejemplos de pymes que lograron reducir los accidentes. ¿El secreto? Cumplir la ley e implementar medidas por encima de ella.
Predecir para prevenir
Con una inversión anual del 5% de su facturación ($ 35 millones) en prevención, la firma Plumari, que tenía un promedio de un accidente cada 45 días, logró no tener ninguno en lo que va de 2011. "Si consideramos que hay vidas en riesgo, la relación costo-beneficio no se cuestiona", asegura Yanina Plumari, directora Ejecutiva de la empresa que produce tinturas y productos para el cabello.
Por el tipo de actividad, los accidentes habituales eran torceduras o salpicaduras involuntarias con productos irritantes. Para evitarlos, Plumari implementó la estrategia de la predicción: se evalúan los movimientos que se realizan frecuentemente en la planta y los optimizan para trabajar con el menor esfuerzo físico posible y, por lo tanto, reducir los riesgos. Además, los 93 empleados que se desempeñan en la empresa reciben constantemente capacitaciones en prevención. "La mayor parte de los accidentes son evitables. Por ello, además de brindar un lugar de trabajado adecuado, creemos que la educación es muy importante. Los cursos dieron excelentes resultados y obtuvimos beneficios inmediatos", asegura Plumari.
Los costos en capacitación son mínimos comparados con los costos directos e indirectos que generan los accidentes laborales. Según Jorge Lamela, un curso de una hora para entre 10 y 20 personas le cuesta a una pyme entre $ 300 y $ 600. Los más solicitados, según su base de datos, son los cursos de manejo de extintores en caso de incendio y evacuación (en la Ciudad de Buenos Aires se exige simulacros visados por Defensa Civil). Para una empresa mediana, el valor del programa oscila los $ 4.000 anuales. Si bien para Severino calcular cuántos accidentes se evitan y cuánto dinero se ahorra cuando se trabaja en prevención es difícil de evaluar, ya que la seguridad es intangible, es importante tener en cuenta que cuantos menos accidentes ocurran, se traducirá en mayor productividad, reputación y continuidad del negocio. Además, los costos del seguro disminuyen, se evitan sanciones y juicios civiles.
Un médico en planta.
Hay ciertos riesgos que por el tipo de actividad no se pueden eliminar, pero esto no implica que no se puedan reducir o aislar. Por ejemplo, no hay manera de que un soldador no corra el peligro de que una chispa lo queme, por eso el uso de antiparras es fundamental. Resulta obvio, pero muchas veces, por imprudencia, el accidente ocurre. "Si no se puede trabajar contra la amenaza se debe proteger a la persona. Por eso, el uso de cascos, guantes, botas. Si se logra contener el riesgo estos elementos pueden ser innecesarios", explica Lamela.
Aunque en 10 años de actividad jamás han tenido accidentes de trabajo, los responsables de la fábrica de empanadas y alimentos supercongelados El Noble tienen detectados cuáles son los riesgos a los que están expuestos los operarios de la planta para así reducirlos, eliminarlos o aislarlos. Entre ellos: caídas, resbalones, aprisionamiento de miembros, fuga de gases y electrocutamientos.
En materia de prevención la empresa trabaja coordinando tareas entre los operarios, un médico en planta, un asesor externo que los visita dos veces al mes, las áreas de Recursos Humanos y Calidad y Producción.
La presencia de un médico es fundamental para la empresa. No sólo por la asistencia inmediata en casos de urgencias sino también porque permite evaluar si un empleado, de acuerdo al estado físico o de salud del momento, está en condiciones de realizar las tareas que tiene asignadas. "Nos puede pasar que un operario no se sienta del todo bien y que el médico nos recomiende rotarlo a una tarea más liviana por una cantidad de días. De esta manera, nos ayuda a prevenirle a ese empleado posibles lesiones", explica Ariel Fernández, jefe de Planta.
Aunque los riesgos mayores son en fábrica, la empresa ofrece charlas y capacitaciones a todo el personal, incluyendo al de limpieza, ya que utilizan desinfectantes que pueden ser nocivos para la salud. En seguridad e higiene, la empresa invierte un 4% del presupuesto destinado a fábrica, de allí cubren los honorarios profesionales, los elementos de seguridad y el mantenimiento de las máquinas. Para los empleados que trabajan en las cámaras frigoríficas además de darles la ropa de abrigo adecuada que exige la ley les dan cuellos polar como complemento.
"Como empresa productora de alimentos tenemos una doble responsabilidad: por un lado proteger a los empleados de posibles accidentes y, por el otro, cuidar los productos que luego van a ser consumidos por la población. Y en este punto también es fundamental el trabajo del médico ya que nos previene de enfermedades que puedan afectar la inocuidad del producto", resalta Fernández.
Invertir en prevención
La fábrica de muebles Fontela logró reducir los accidentes en un 90%. Según su titular Roberto Fontela, la razón fue la permanente inversión: "Invertimos aproximadamente un 3% de la facturación de la empresa -que es de $ 32,5 millones- y se destina al mantenimiento general de los elementos de seguridad y de las máquinas. Para que sea óptimo, como creemos que debe ser, la inversión es importante. El beneficio no sólo implica reducir la cantidad de accidentes sino también permite contar con un espacio de trabajo ordenado, debidamente señalizado y seguro", explica.
Además de ofrecer continuas capacitaciones acerca del correcto uso de las máquinas y de cómo manejarse en caso de incendios, los capataces actúan como guías de los operarios, fundamentalmente de los que recién se incorporan a la empresa o de los que tienen poca experiencia de trabajo en planta.
Aprender a cuidarse
En 2009, Latingráfica tuvo ocho accidentes de los cuales uno fue grave y en total significaron 48 días de ausentismo. En 2010, hubo cuatro y uno en tránsito, todos leves pero con 90 días de ausentismo. En lo que va del año, tuvieron dos accidentes leves y 33 días de ausentismo. "Si bien siempre trabajamos para mejorar la seguridad e higiene de la empresa, a partir del año pasado, profundizamos las capacitaciones, de ahí las reducciones", explica María Eugenia Pita del área de Recursos Humanos de la imprenta.
Con el apoyo de una consultora, Latingráfica dicta mensualmente cursos de prevención para sus empleados haciendo hincapié en la concienciación. El programa se plantea anualmente de manera tal que todos los empleados hagan una actividad por mes. Por lo general, los temas que tratan son sobre los riesgos a los que están expuestos de acuerdo a las áreas de trabajo, cómo prevenir los accidentes y cómo manejarse ante un incendio. "Armamos un plan específico para cada área, incluso para las cocineras y el personal administrativo". Luego de las charlas, Recursos Humanos distribuye un cuestionario para evaluar cuál fue la comprensión de los cursos por si es necesario reforzarlos. El resultado no sólo se vio en la reducción de accidentes sino que también lo comprobaron en la práctica: en 2009 sufrieron un principio de incendio, pero rápidamente los empleados aplicaron sus conocimientos y lograron reducirlo, evitando consecuencias. "Fue muy satisfactorio, comprobamos que las capacitaciones son efectivas", expresa Pita.
Severino concluye que un buen Programa de Prevención debe ser eficiente y motivador para todo el personal, pues al margen del aspecto laboral, implica también una mejora de la calidad de vida de los empleados permitiéndoles llevar esos aprendizajes a sus ámbitos personales. "Parafraseando a Saint Exupery en El Principito: lo esencial es invisible a los ojos. Entonces debemos conocer las amenazas representadas por la parte invisible de iceberg antes de que se hagan visibles al emerger con las consecuencias de un accidente o incidente serio", remarca.
El dilema de la doble vía
Para afrontar los costos de eventuales juicios por accidentes laborales empleados, en abril pasado entró en vigencia un seguro optativo para pymes - complementario al obligatorio que brindan las ART- que cubre hasta $ 1 millón en concepto de resarcimiento de sentencias judiciales por demandas de responsabilidad civil firmes. De acuerdo a un comunicado de la Superintendencia de Seguros de la Nación la póliza tiene como objetivo "garantizar los derechos de los trabajadores y acortar los tiempos de indemnización en caso de accidentes y enfermedades que se produzcan en el ámbito laboral". Luego de que en 2004, la Corte Suprema declarase la inconstitucionalidad del artículo 39 de la Ley de Riesgos del Trabajo, que prohibía a los trabajadores recurrir a la justicia para reclamar una indemnización por accidentes de trabajo, las demandas se multiplicaron por 15 y sólo en 2010 se presentaron 60.000, según las aseguradoras. Si bien aún está pendiente la modificación de la ley, desde el fallo los empleados están respaldados por "doble vía": no sólo cobran el seguro de la ART sino que además pueden iniciarle un juicio civil a su empleador.
Liberty Seguros lleva cotizadas 400 cuentas, pero sólo tres empresas contrataron la cobertura de Responsabilidad Civil Profesional. Al respecto, Pedro Poccard, director Técnico, explica que en parte se debe a la resolución del decreto1694/09 que el Poder Ejecutivo dictó, a fines de 2009, por el que quedaron anulados los límites al monto de las indemnizaciones previstas por la ley de accidentes laborales. "Antes, por un fallecimiento la indemnización oscilaba los $ 230.000. Hoy, dependiendo de la edad y el salario del empleado puede multiplicarse por cuatro. Por lo tanto, creemos que la ART es suficiente si se tiene en cuenta que además su principal valor es la asistencia y cobertura médica para los accidentes en el trabajo y en tránsito", explica.
Fuente: UART
jueves, 20 de octubre de 2011
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