-------------------------------------------------------------------------------- Seguros de ART: Gestión de Riesgos y Regímenes de Responsabilidad: ¿Dos Caras de una Misma Moneda?

martes, 17 de mayo de 2011

Gestión de Riesgos y Regímenes de Responsabilidad: ¿Dos Caras de una Misma Moneda?


En los siguientes dos artículos The Geneva Association examina dos desafíos para los aseguradores: la reforma legal tras la crisis crediticia y los retos permanentes en los Seguros de Responsabilidad. Mientras numerosos e influyentes organismos internacionales preparan los siguientes proyectos de regulaciones para riesgos sistémicos, Patrick M. Liedtke pregunta por qué el seguro tiene tan escasa representación en dichas instituciones. Por su parte Richard H. Murray analiza el crecimiento y las novedades en el derecho de responsabilidades en todo el mundo y destaca sus potenciales repercusiones para el negocio de seguros de responsabilidad.

G-20: Por qué Debe Concentrarse en la Gestión de Riesgos
por Patrick M. Liedtke
Los últimos doce meses fueron particularmente intensos para la industria aseguradora. Por un lado ya pasó lo peor de la crisis crediticia; tras un período de manejo muy activo de situaciones de crisis y preocupaciones sobre estrategias para sobrevivir, las empresas avizoran una vez más el futuro con mayor optimismo y se preparan para aprovechar un mundo post-crisis en el que esperan nuevas oportunidades de negocios y prosperidad. Pero por parte recién han comenzado en el cambio de las decisiones políticas los esfuerzos por sacar las conclusiones correctas y aprender las lecciones que deja la crisis, mejorar la estabilidad de nuestro sistema financiero global, establecer los mejores incentivos para quienes asumen riesgos económicos y regular correctamente el sector financiero.
Aunque fueron las enormes quiebras surgidas de las actividades bancarias las que dispararon la gran mayoría de las nuevas iniciativas para aumentar la estabilidad financiera y la resiliencia económica, sus efectos ya están englobando al sector asegurador y seguirán haciéndolo. Los aseguradores necesitan descubrir cuáles de las nuevas iniciativas que discuten los formuladores de políticas y reguladores han de afectar a su sector, cuál será su impacto sobre los negocios y cómo deberían responder no sólo a las normas que se están discutiendo sino también ante las que se pondrán en marcha y, por último definir los puntos de acción pertinentes. Lo que diferencia esta crisis es no sólo el grado en que afectan a las aseguradoras la crisis global y y los debates regulatorios que están surgiendo sino también la forma en que estas iniciativas se aplican ahora a casi todas las compañías de seguros, sin importar su tamaño o domicilio. Confrontados por esta nueva realidad de regulación global y abarcativa, los aseguradores han comprendido que deben actuar en forma más proactiva en el escenario global.
Sin embargo, aunque la industria aseguradora desea y necesita tener un papel más activo en los debates financieros globales, algunos actores de relevancia no vinculados con el seguro, como el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) y muchos bancos centrales, parecen creer que la nueva arquitectura de estabilidad financiera no necesita al sector del seguro. Lamentablemente, se trata de algunos de los actores más influyentes que impulsan el desarrollo de la nueva estructura internacional de estabilidad financiera. Aunque aceptan en gran parte el análisis de The Geneva Association en cuanto a que las actividades aseguradoras no plantean un riesgo sistémico para el sistema financiero, lamentablemente deducen de ello -y se equivocan- que el seguro no juega ningún rol de significación para la estabilidad financiera.
Siguiendo esta línea, si los aseguradores no inician una inestabilidad financiera, no necesitan involucrarse en ninguna de las discusiones sobre este tema. Aunque vagamente admisible a primera vista, se trata de una deducción errónea.
Es verdad que los aseguradores no presentan ningún riesgo financiero sistémico significativo en la misma forma en que lo hacen los bancos. Sin embargo, las empresas aseguradoras tienen un papel importante en la forma en el posible desarrollo de cualquier crisis financiera. Ante una crisis financiera en curso las aseguradoras pueden influir en ella ya sea ejerciendo un efecto estabilizador o como factor potencial para amplificar cualquier problema. Esto depende de la naturaleza exacta de la crisis y los mecanismos que dominarán los procesos de toma de decisiones en las compañías aseguradoras, lo que incluye la presión de organismos externos pertinentes como reguladores y supervisores. Aunque es evidente que es necesario investigar más a este respecto -especialmente para utilizar la potencial función de las aseguradoras como corta-circuitos- sólo necesitamos imaginar qué sucedería en un mercado fuertemente deprimido si se empujase a las grandes aseguradoras de Vida a eliminar inversiones a largo plazo para satisfacer requisitos de solvencia en el corto plazo.
Puesto que cualquier plan riguroso y abarcativo de gestión de riesgos requiere la integración y cooperación de todas las partes involucradas, y no sólo por quienes plantean el riesgo original, los aseguradores necesitan ser parte de las discusiones en curso sobre el marco de estabilidad financiera internacional y todo plan que defina las operaciones de los mercados financieros en los que juegan un papel tan importante. Sólo en materia de inversiones, los aseguradores administran alrededor del 11% de los activos mundiales, sin mencionar su otra función como protectores de activos ajenos. No sólo sería extremadamente estrecho de miras excluir el conocimiento de los aseguradores del manejo de riesgos financieros y, especialmente, riesgos extremos, muy poco probables pero potencialmente dañinos, una comprensión tan requerida precisamente cuando los sucesos se desplazan hacia la cola de la distribución de probabilidad; también sería contraproducente para la estabilidad del sistema no consultar adecuadamente a una de las potenciales fuentes de re-estabilización (que si se manejase mal durante una crisis también podría multiplicar los efectos negativos) sobre todos los aspectos de la nueva arquitectura financiera. La nueva arquitectura de estabilidad financiera debe contar con una adecuada participación del seguro.
The Geneva Association ocupa un lugar crucial para la industria aseguradora como centro intelectual de investigaciones avanzadas sobre temas estratégicos del seguro y la gestión de riesgos. Aunque con grandes limitaciones en recursos propios para llevar a cabo investigaciones, ha jugado un importante rol en la identificación de nuevos retos, ayudando a fijar sus prioridades y poner en marcha iniciativas que abarcan a todo el sector como catalizadores de cambio. Su capacidad para organizar plataformas globales de discusión a alto nivel para el sector y sus principales partes interesadas, incluyendo especialmente a reguladores y supervisores, se ha convertido en un recurso aun más valioso para la industria pero también para el sistema económico general, su desempeño y futuro desarrollo. Para colaborar en esta misión The Geneva Association ha complementado su tradicional función como distribuidor de información de gran calidad sobre cuestiones de seguros poniendo énfasis en su posición como paladín del seguro a través de una mayor defensa del sector.
Se requiere, sin duda, una comprensión mayor y con más matices del rol que desempeñan el seguro y las entidades aseguradoras en los modernos sistemas económicos. La mayoría de los observadores coinciden en que hay espacio para grandes mejoras en el desempeño de nuestros sistemas financieros y sociales y su capacidad para afrontar situaciones adversas y tensiones espontáneas. Muchas soluciones lograrán enmarcarse en exactamente los mismos sectores que fueron la fuente original de los problemas. No obstante para muchos otros la solución deberá ser una nueva dimensión de buena gestión de riesgos y, probablemente, también algunos mecanismos específicos de seguros que permitirán que nuestras sociedades hagan frente a los desafíos que plantea un futuro incierto. La resiliencia no sólo de nuestra arquitectura financiera sino de las sociedades en general depende en contar con un conjunto de herramientas adecuadas para evitar el peligro, mitigar las consecuencias de desastres y abordar los daños remanentes que puedan producirse. Puesto que el seguro juega un rol clave para el funcionamiento de muchos mercados, es necesario tomar en consideración su posible contribución convirtiéndola en parte intrínseca de las estrategias para afrontar las grandes crisis. The Geneva Association ha estado trabajando intensamente en estas cuestiones y seguirá haciéndolo. Al mismo tiempo, convoca a la industria y a otras partes y sectores para que asuman un rol más activo en el debate.
Dinámica de los Regímenes De Responsabilidad : Influencias Legales, Políticas y Sociales

por Richard H. Murray
El seguro de responsabilidad posee características distintas de las de otras ramas que plantean retos únicos de gestión, suscripción y manejo de reclamos. Es sólo un aspecto del seguro que sirve para distribuir los costos de las fallas humanas. Catástrofes naturales, la inevitabilidad de la mortalidad y la morbilidad u otras fuerzas más allá del control humano pueden disparar un suceso que genere responsabilidades, pero son partes del escenario más que agentes activos. Es un mecanismo primario para distribuir los costos de la imperfección humana. La disponibilidad y condiciones del seguro de responsabilidad han influido en el desarrollo del derecho de responsabilidades. Cumple un rol vital en la sociedad moderna y puede generar significativas oportunidades para generar primas, pero también crea desafíos que no se encuentran en otras ramas.
Uno de los retos que contribuyeron a los siniestros de responsabilidad por títulos valores en la década del 80 y nuevamente en las pérdidas financieras y por productos en entre 1998 y 2002 es la disposición de las fuerzas políticas y judiciales para aplicar obligaciones más amplias y recuperos mayores con efecto retroactivo; en general, se sigue reconociendo este peligro desde entonces. Las decisiones para ofrecer coberturas de responsabilidad y las condiciones y precios de la oferta se toman bajo un conjunto definido de riesgos que encara el asegurado cuando se hace la promesa de asegurar. Pero el alcance y magnitud del riesgo del asegurado puede agravarse mucho para cuando surge un reclamo y está listo para ser pagado conforme a esa promesa. No tenemos más que reflexionar sobre los recientes traumas la responsabilidad por asbestos, el tabaco y los daños medioambientales para reconocer los enormes índices siniestrales que pueden generar actos del asegurado que, en el momento de producirse el hecho asegurado, respondían a todas las exigencias legales y regulatorias.
El SAeguro de Responsabilidad también sufre porque los formuladores de políticas, jueces y jurados suponen ingenuamente que los aseguradores poseen una capacidad infinitamente elástica para absorber y distribuir las crecientes cargas que estos riesgos imponen. Se entiende, por ejemplo, que las catástrofes naturales pueden exceder los recursos del seguro y se aceptan por ello límites para las pólizas o restricciones en la aceptación de riesgos. Pero se entiende mucho menos que las pérdidas aseguradas por responsabilidad no pueden absorberse en la medida necesaria para alcanzar el objetivo social. Cuando un fabricante de automóviles almacena tanques de combustible en un lugar aprobado por las autoridades regulatorias pero causa con ello daños generalizados, los consiguientes reclamos se resuelven en un clima dominado por el deseo de disuadir futuros comportamientos (que ahora se consideran negligentes) mediante grandes indemnizaciones, creyendo que al hacerlo se fomentará la responsabilidad empresarial y, al mismo tiempo, se cubrirán tales indemnizaciones cuya magnitud amenaza la vida de las aseguradoras.
El paisaje del Seguro de Responsabilidad en América del Norte durante los últimos cuarenta años y, más recientemente, en Europa, está cubierto con las cicatrices causadas por la confluencia de estas dos condiciones. Algunos aseguradores no sobrevivieron tales experiencias, o no pudieron sobrevivir manteniendo su independencia, y toda la industria sufrió por la volatilidad que ello causó en sus ganancias y su efecto en la relación precio / ganancias.
Esta visión de cómo evolucionó el derecho de las responsabilidades y cuál fue la influencia del supuesto acceso universal al seguro de responsabilidad constituyó la plataforma para la discusión del panel sobre los próximos peligros que podrían repetir o superar los daños causados por anteriores estallidos imprevistos causados por siniestros de responsabilidad. Se identificaron varios puntos preocupantes.
• GENERALIZACIÓN DE LA CULTURA INDEMNIZATORIA. El reciente informe de Lloyd’s sobre condiciones de responsabilidad (“360 Degree Report”) resulta preocupante. Lo que alguna vez se consideró una condición cultural limitada a EE.UU. se globaliza velozmente: Suponer que para cada lesión o daño debería existir una generosa compensación. La cultura del derecho a recibir predomina sobre las condiciones legales tradicionales del derecho de ilícitos civiles (“Tort Law”) en el Reino Unido, Europa y, cada vez más, en todo el mundo. La responsabilidad por ilícitos civiles se creó en la tradición del “common law” como una obligación económica razonable de quien, con su violación negligente de deberes, causa daños a otra persona o entidad con derecho legal de contar con el cumplimiento de tal deber. Los requisitos limitativos de probar Deber, Incumplimiento Negligente, Relación de Causalidad, Confianza en el Derecho y Daños Razonables comenzó a erosionarse merced a la revolución de la cultura compensatoria en EE.UU. iniciada luego de la Segunda Guerra Mundial, encontrándose que ha infectado grandes regiones del mundo, acelerada por la influencia de la de comunicaciones que salta barreras geográficas y culturales. Aquellos estándares tradicionales han sido reemplazados por interpretaciones y revisiones de leyes tradicionales que aseguran el crecimiento continuo, en ocasiones explosivo, de las indemnizaciones mediante la evisceración de los estándares de responsabilidad. El populismo que apoya la distribución indirecta de riqueza a través de sistemas de responsabilidad se globaliza rápidamente.
• POLÍTICAS DE GOBIERNO. Mientras el modelo “tort” evolucionaba en las tradiciones jurídicas de los países que siguen el “common law”, las jurisdicciones que aplican el derecho civil generaron una tendencia similar de confiar en las prácticas de responsabilidad del sector privado como opciones gubernamentales y regulatorias. Europa Continental ha liderado la transición. Países que por largo tiempo brindaron para gran variedad de daños planes de compensación fijados por ley y pagados con fondos públicos provenientes de la generación de impuestos, se vieron obligados a adoptar nuevos sistemas compensatorios cuando factores demográficos engrosaron las filas de los dañados y redujeron el papel del contribuyente activo. La alternativa elegida es transferir al sector privado los deberes de compensación empleando como modelo favorito adaptaciones del sistema “tort” del “common law”. Los primeros experimentos involucraron los costos de limpieza medioambiental donde los diseñadores de políticas fueron aun más agresivos que sus colegas estadounidenses al establecer pautas de responsabilidad objetiva que responsabilizaron a los emprendimientos comerciales por cualquier contribución a la degradación ambiental, aun cuando hubiese sido imposible desarrollar actividades comerciales legítimas sin generar impacto ambiental.
• TOLERANCIA JUDICIAL. Debido al temor ante peligros y pérdidas surgidos del cambio climático emergen reclamos en EE.UU. y se considera su posibilidad en todos los continentes. Las primeras manifestaciones surgieron en EE.UU. inmediatamente después que el huracán Katrina devastó New Orleans. Como ocurrió con los primeros reclamos por responsabilidad por tabaco y asbestos, no se hizo lugar a los intentos por aplicar la teoría de la responsabilidad a siniestros materiales y de mortalidades relacionados con el clima por entender que carecían de una obligación (y su incumplimiento) que les diera sustento. Los reclamos por asbestos y tabaco necesitaron alrededor de 25 años para abrirse paso a través de los obstáculos legales y alcanzar un mundo en el que las pérdidas superaron las barreras para el recupero. El giro comenzó en tres años para reclamos por riesgos climatológicos cuando los tribunales de alzada comenzaron a aceptar el principio de “malestares públicos” (“public nuisance”) como base alternativa aceptable para sustentar los reclamos. Una vez que una acción judicial colectiva (“class action”) o una acción por hechos ilícitos de efectos masivos en cuanto al número de víctimas (“mass tort”) con miles de demandantes salva con éxito el obstáculo del rechazo judicial en la primera etapa de la acción, cada caso tiene un valor de resolución significativo debido a los costos de defensa y al riesgo de que el resultado destruya a la empresa. Los asegurados transarán aun cuando resulte claro su escasa exposición teórica, pues las actuales pólizas de seguros y prácticas de manejo de reclamos inhiben a los aseguradores de evitar siniestros nunca contemplados cuando analizaron y aceptaron el riesgo.
• EXIGENCIAS SOCIALES. Estamos ingresando rápidamente a una era en la que las imperiosas necesidades de la sociedad pueden convertirse en obligaciones legales, independientemente de acciones manifiestas de los gobiernos. Dow Chemical descubrió esto cuando, tras cuidadosas auditorías legales y contables para establecer que todos los pasivos estaban asignados a fines específicos, compró Union Carbide muchos años después de liquidarse los reclamos de Bhopal . La aislación legal no fue suficiente para impedir que Dow tuviese que hacer un importante pago indemnizatorio adicional.
• CODICIA Y OPORTUNIDAD - UNA COMBUSTIÓN PELIGROSA. Los abogados demandantes de EE.UU. comenzaron a especializarse en este tipo de acciones como una actividad secundaria. Con persistencia e innovación combinados con la tolerancia de políticos y jueces, se ha convertido en un sector muy importante con recursos y poder político sólo superados por los sindicatos estadounidenses. Se cree que la moderación cultural y judicial impedirá que la industria del reclamo se extienda en Europa. Aunque es una convicción generalizada y genuina debemos decir que lamentablemente prevalecerá el poder del provecho aunque quizás en menor grado que en EE.UU. Pero a medida que la UE presiona para que se adopten mecanismos de acción colectiva en apoyo de la acumulación de reclamos, la codicia afectará negativamente a las empresas europeas y sus aseguradores.
Las actuales condiciones imperantes en los regímenes de responsabilidad europeos demuestran el carácter universal de los riesgos mencionados. Dos hechos recientes ilustran esta tendencia. En varios países los reclamos por asbestos se han convertido en una carga creciente. Francia acaba de declarar que debido a que ya en 1988 existía un conocimiento generalizado del riesgo de mesotelioma por exposición a asbestos, se considerará como presentados en tiempo y forma todos los reclamos de este tipo planteados con posterioridad y serán responsabilidad de todos los empleadores involucrados y sus aseguradores. Si Francia marca el cambio hacia la responsabilidad del sector privado, otros seguramente la seguirán.

Fuente: www.mercadoasegurador.com.ar

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